Es un procedimiento muy sencillo que se puede realizar incluso bajo sedación y que consiste en realizar una incisión de 2 milímetros en el tímpano. Posteriormente se aspira el moco acumulado dentro del oído y se coloca un tubo de ventilación que es un yoyo de plástico que permite que el aire entre libremente al oído y suple la función de la trompa de Eustaquio mientras que esta regresa a su funcionamiento normal. Habitualmente los tubos se salen solitos una vez que el oído medio recupero su funcionamiento normal y al salirse deja el tímpano perfectamente cicatrizado y sin problemas. Esto sucede por lo general en un periodo menor a 2 años. Cuando este periodo se prolonga puede ser necesario retirarlos o cambiarlos. Es muy importante que cuando los pacientes tienen tubos de ventilación no permitan que entre agua en sus oídos por ningún motivo.